martes, 11 de septiembre de 2012

Los Crisantemos en el bosque de endor

Los Crisantemos son unas de las plantas más cultivadas del mundo, además de tener una de las flores que presenta una mayor diversidad de formas y colores. De floración tardía. Son un extenso grupo de herbáceas perennes de la que es difícil no encontrar algún híbrido de esta planta en flor a lo largo del año. Una cantidad importante de Crisantemos actuales no existían hace pocos años, y los cultivadores siguen ampliando esta formidable especie. El género Chrysanthemum pertenece a la familia de las Asteráceas. Las hojas suelen ser lobuladas o dentadas, el color varía entre el verde claro o muy oscuro, recubiertas de un polvillo blanquecino que le da un aspecto grisáceo y casi siempre desprenden un ligero aroma. Hay variedades con flores dobles o simples y la gama de colores es enorme: blanco, amarillo, púrpura, rosa, bronce, rojo, violeta e incluso azul. Florecen todo el año según la variedad, para la renovación de la planta es conveniente podarla tras la floración.El frío favorece la conservación de sus encantadoras flores, aunque no soportan las heladas. Sin embargo se trata de una planta muy fácil de mantener y muy resistente.

Es de porte erguido y arbustiva, su punto débil es el exceso de agua, de modo que hay que regarla sólo para que el sustrato permanezca siempre ligeramente húmedo. El crisantemo se cultiva tanto como planta en maceta como para flor cortada. En verano se deben humedecer las hojas pero sin mojar las flores o se pudren.
Cuidados dentro de casa
El crisantemo es una de las plantas de flor que mejor resultados da dentro de casa en otoño e invierno, pero únicamente de forma temporal. Una vez marchita, sólo podrá volver a florecer si se la lleva al exterior. Estas son algunas de las claves para que duren más.
1 Colocarla cerca de una ventana, a plena luz en otoño e invierno, y con luz filtrada en primavera y verano.
2 Mantenerla siempre moderadamente húmeda si está en flor (nunca dejar empapado el sustrato).
3 Situarla lejos de las fuentes de calor; la temperatura ideal es de 15 a 18ºC.
4 Quitar las flores en cuanto se marchiten, así seguirá produciéndolas más tiempo.
5 Abonar cada diez días aproximadamente. Esta planta es muy exigente con los nutrientes, sobre todo en nitrógeno y potasio.
6 Para mantener la planta fresca, pulverizarla con frecuencia con agua tibia y, a ser posible libre de cal.
7 A partir de mayo se saca al exterior y no se vuelve a meter de nuevo en casa hasta octubre.
8 Los crisantemos soportan mejor el frío que el calor, por ello, no hay que exponerla al sol en verano.



Los crisantemos de floración estival cultivados en climas de verano cálido, pero no excesivamente caluroso, suministran flores desde finales de diciembre hasta últimos de marzo.
La multiplicación por esquejes se realiza de los brotes que crezcan directamente desde la base de la planta madre y se cortan lo más cerca posible de ella. Los esquejes deben tener unos 6 cm de largo, a los que se les quita las hojas más bajas y se les realiza en los extremos un corte recto. Se impregnan estos extremos en hormonas de enraizamiento y se plantan varios esquejes en una pequeña maceta con sustrato especial para esquejes. La maceta se cubre con una bolsa de plástico transparente sin que toque las hojas.

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